Al finalizar el turno diario de trabajo se debe limpiar la cámara del horno con productos adecuados, respetando los consejos del fabricante de
los mismos.
No lavar el aparato con chorros de agua directos.
No usar productos con cloro (lejía, ácido, clorhídrico, etc.) para limpiar el acero.
No usar sustancias corrosivas para limpiar el suelo por debajo del aparato ya que los vapores son corrosivos.
Limpiar el filtro para grasas con detergente desengrasante al menos cada tres ciclos de cocción.
Limpiar a diario las partes de acero inoxidable con agua jabonosa templada y detergente. Aclarar con abundante agua y secar.
No limpiar el acero inoxidable con estropajos, cepillos o rascadores de acero común, ya que dejan partículas de hierro que pueden oxidarse.
Si el aparato no va a ser utilizado durante largo tiempo:
Desconectar la alimentación eléctrica y cerrar las llaves de paso del agua.
Pasar un paño humedecido con aceite de vaselina o limpiador de protección por las superficies de acero para formar una película
protectora.
Airear periódicamente el local en el que está instalado el horno.